jueves, 16 de febrero de 2012

ICH-CAAN-SIHÓ

Península de Yucatán-México

  

VI





El camino subterráneo,

El que conduce a Ich-Caan-Sihó,

No acaba,

No tiene fin,

No posee principio.

Es tan aéreo, tan terrestre, tan oceánico,

Como el viento, como la roca, como las estepas de Uaxactún.
                                                                                                                         
El camino

-El del ascenso o el descenso-

No tiene forma,

Está lleno de resquebrajaduras;

Su aire enrarecido,

Cargado de cerbatanas y de hondas,

Dificulta un poco nuestra respiración física

Porque antes de emprender la respiración del espíritu,

De la conciencia,

Un hálito de luz empieza por llegarnos,

Por encender los pulmones de nuestro misticismo.

El camino,


El que viene cargado de aromas,

De Jaguares de piedra

Nos espera,

Es apto para todos,

Está abierto en la hora en que a cada uno le corresponde;

En la hora en que el himno del Peyote

Iza su música en el oído de nuestra propia muerte.

El camino

-Los códices ya han hablado de él-

El que conduce a la puerta de los otros mundos,

El de la etapa postrera que nos redime

No finaliza,

No tiene ángulos,

No posee redondez

Tiene la exactitud de todos los pasos,

La similitud lejana y distante

De todos los espejos.













1 comentario:

Juan Pomponio dijo...

Pura belleza tu obra querido Winston. Una obra desde el pulso interno de un poeta verdadero.

Gracias por tanta belleza

Juan Pomponio