domingo, 12 de febrero de 2012
IXBALANQUÉ
III
Hombres-pájaro, animales fabulosos, Zopilotes celestes
Pasean por los otros mundos
Tan lentamente
Que da la impresión del eterno retorno
Como algo imposible.
¿Qué figura mítica, extraída del sueño
pensaría en repetirse?
En confirmar la existencia del atrás,
De lo que fue
Como algo lineal
Sin antecedentes pre o posteriores?
Aquí está de nuevo Ixbalanqué
Como un reflejo multidimensional
En un espejo de siete caras,
Siempre él
Suspendido en esta Terra
De espectros inacabables.
Siempre él
Como poseedor de una extraña belleza;
Él el único
El infinitamente recostado en la orilla del río,
Prendido del árbol
Transportado en la hierba.
Sé que sólo una palabra, una oración de llamas secretas
Es capaz de convocarlo,
De sugerirle su asomo
Su portentosa aparición entre las sombras,
Su mensaje de Anona silvestre,
De Puma sangriento, de árbol vetusto.
Sé que sólo aquí
En la Terra de los Ovellones,
De los espíritus anticipados, del mago Yhoma,
Él es capaz de oscurecerse,
De ensombrarse para sí,
Hasta perder toda magnitud del yo,
Toda razón del ser
Y quedar de nuevo allí
Reducido a él mismo
A la corriente inexpugnable de todas las aguas.
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