XXVII
ÍCARO
Tus ojos son mis alas.
A través de ellos me descubro
Y veo la vida sin dobleces,
Sin sombras.
Cuando tus ojos me confrontan
Cuando vienen sobre los míos
Sé que son mi vuelo
El motor de lo estacionado
La cera perdida que cose mis plumas.
Y cuando desnudo me remonto a las
alturas
Tus ojos me dan la claridad para salir
de ciertos laberintos
Me dan las alas,
La simetría de un ángel ortodoxo,
La tranquilidad de caer
Sin lograr el purgatorio o las brasas
del que peca.
Tus ojos me hacen libre,
Me redimen de cadenas ganadas con el
tiempo,
Fraguadas por mi condición de hombre;
Mi circunstancia de cordero fuera del
astil.
Cuando me vislumbras,
Cuando elevas tus ojos a mis latitudes
Me siento un ángel patriado en tu
universo
El hombre recuperado
El pecador feliz de su destierro.
Tus ojos son mis alas
El motor que nunca tuve
La hoguera que calcina y quema.
Tus ojos:
Perdición,
Pecado,
Alimento.