XIV
…Mi rueda gira como
la música de Rachmaninov.
Mi rueda
–Que es la cabeza-
Gira por un camino
polvoriento de estrellas.
Y al fondo la muerte
El suicidio
tentándome
La boca seductora del
final,
De un agujero que
aparece portentoso al final de la noche.
Siempre será la noche
Siempre su cúmulo de
antorchas
Su fuego primario
La resurrección de un
hombre que aún se niega a morir
Pero que ya,
De a poco,
Viene muriendo.
Y entonces la
inmolación será saludable
Ya no tendrá la
muerte que entonar la música del río
El arpegio del árbol
Aquella melodía de
los fractales en el cuarto.
El suicidio ahorra
tantos recovecos
Tantos caminos
La parafernalia con
la que se cubre la vida
(Y que la muerte
detesta de a puño).
Debe de ser buena la
muerte
Mi rueda de la
fortuna así lo proclama
-El suicidio también
es escritura-.
Suicidio:
No saber,
No poder haber sido
hombre
Estar siempre con ese
roto en el estómago
Con esa vaciedad de
ser
De agua
De sangre
De semen
estéril.
No tener los hijos
Girar y girar como el
piano,
Como la rueda de los
huesos
La carne cayendo
El pene flácido
El sexo hambriento de
profundidad
De sudor
De fin.
La muerte hambrienta
Los dos hambrientos
Hambre…sed…
Hambre…