Winston Morales Chavarro
Hay que eliminar al sujeto, al individuo que subyace en nosotros.
Debemos, por naturaleza propia, liberar la parte volátil o aérea. Es menester, a partir del dolor y la desidia, eliminar el yo para lograr el usted, el aquel, el vosotros.
Sólo el dolor provoca ese estadio.
Únicamente a través del sufrimiento, obtendremos el lavado metafísico del que inexorablemente resultará el color blanco, la ablución que tanto requiere nuestra alma.
El fuego debe activarse, hasta lograr la obtención del color rojo. Ese fuego interior que reposa en nuestros huesos, apagado, muerto, debe encenderse, arder, quemarnos.
Que nuestros cuerpos físico, vital, astral, mental, con los de la voluntad, la conciencia y el íntimo sean uno solo, alejados del Yo, del sujeto pensante.
Entonces seremos como el Ave Fénix; fluirá de los escombros nuestra conciencia, nuestro cuerpo consciente, el polvo que no volverá al polvo.
Debemos, por naturaleza propia, liberar la parte volátil o aérea. Es menester, a partir del dolor y la desidia, eliminar el yo para lograr el usted, el aquel, el vosotros.
Sólo el dolor provoca ese estadio.
Únicamente a través del sufrimiento, obtendremos el lavado metafísico del que inexorablemente resultará el color blanco, la ablución que tanto requiere nuestra alma.
El fuego debe activarse, hasta lograr la obtención del color rojo. Ese fuego interior que reposa en nuestros huesos, apagado, muerto, debe encenderse, arder, quemarnos.
Que nuestros cuerpos físico, vital, astral, mental, con los de la voluntad, la conciencia y el íntimo sean uno solo, alejados del Yo, del sujeto pensante.
Entonces seremos como el Ave Fénix; fluirá de los escombros nuestra conciencia, nuestro cuerpo consciente, el polvo que no volverá al polvo.