APOLO
Ven amada Dafne
Vamos por la vida y por el bosque
Como dos soles heridos por el
entusiasmo.
Vamos,
Festejémonos en la cárcel de lo
demoníaco,
En la inopia deliberada del Amor.
El tiempo es corto,
La noche presurosa como un trueno
Filigrana su Condena,
Cobra sus puñales en las declinaciones
de la simetría,
En los arquetipos y retruécanos de las
correspondencias.
Ven, amada Dafne,
Vamos por la vida
Antes que crezca en nuestros labios el
beso de la muerte,
Antes que la ira de los dioses
Se retuerza en las hojas del Laurel y
de los vinos.
Vamos,
Juguemos a aqueos y troyanos
Despojándose de sus maderámenes
Aireémonos de sabernos altos,
Bellos y locos como el agua,
Como el viento y la noche que pasa
entre los sexos
De los que se aman tiernamente.
Ven, hija de Peneo,
Vamos por los laberintos de las
sombras;
Amémonos hasta que nuestros brazos
Caigan rendidos ante el sol,
Ante el madero y el fragor interminable
del crepúsculo.