martes, 29 de mayo de 2012

ITZAM CAB AIN


XXIII






Es el Poseso

Itzam Cab Ain,

Brujo-del-agua-tierra-cocodrilo.

Ha levantado sus ojos hacia Petén-Itzá

Y ha visto el crisol de la cultura en ella.

Su rostro,

Sin redondez ni geografías

-Indecible e incluso ascético-

ocupaba su postura en el espacio;

postura equivalente a la dimensión traslúcida del sueño.

Es el poseso del agua y los lagartos

La cantera de la iniciación

Le ha sido designada

Para ser esencia de Los Espíritus Señores de los Pájaros.

Los chamanes de la orden Chachac Ek

Le han dado la facultad del fuego

La virtud de lo cifrado, los anillos,

La luz zigzagueante de las doce llaves.

La alegoría de la fuente

Rejuvenece en él

La palabra perdida de los planetas,

El lenguaje de la lluvia verde,

El culto de las Pirámides,

Y esto a su vez,

Le visualiza la aparición del anticristo,

La competencia de la tierra,

El monstruo del Mar Rojo,

Las ordalías de los sacerdotes.

Una Serpiente Verde

-Vista casi siempre en días de intuición-

surca los báculos del sacerdote

destruyendo en el futuro los anagramas de Copán,

los siglos del brujo del agua-tierra

-Redimidos por la esencia universal de la Sabiduría Cósmica-.

Es el chamán de las 942 frases;

Nació en el mes del hijo coronado,

En el año de las rutas descifradas.

El mercurio, la tierra negra, la torre y el azufre

Le han hablado de las cosas que por convicción sucederán

Cuando ya no tenga remota su existencia en el espíritu

Y su estadía en el rostro solar de la guacamaya de fuego

Sea una parábola entre lo absolutamente verdadero y falso.

sábado, 19 de mayo de 2012

ITZAM CAB


XXII


A Claudio Obregón Clairin, Maestro en la Ciudad de
Las Piedras que Cantan.



Soy Itzam Cab

El hombre que nunca muere.

He aprendido en la edad de los centauros

La representación esquemática de los números.

Soy Itzam Cab

hijo de la tierra negra,

De Kabah, de Tulum, de la ceniza;

La quinta esencia de las cosas.

Estoy más allá de cualquier abismo,

Soy el uno,

La parábola

La falsedad o la llave.

La puerta estará para ti siempre abierta

Y con ella,

Que es la resurrección de tus muertes ulteriores,

Los planetas, la música del cosmos, los caminos,

Los demonios del alambique y el cinabrio.

He iniciado mi viaje por la gran obra

Soy sacerdote y exorcista

El eje de la rueda

En la cual tú serás carruaje.

El centro de todo éxtasis que es el tuyo.

Venid

Constreñid la llave

Atibórrate de ser

Avistad la eternidad

Acicalada en los instantes;

Metáfora de desastres que se repiten,

Parábola del eterno retorno

En los círculos de tus manos. 

Soy Itzam Cab

Ardo en tu corazón

Y en las esferas de otros corazones

Soy el árbol prohibido de tu propio paraíso

La Serpiente Verde que te busca y salva.

Es tu hora,

La hora del equinoccio,

La hora de tu fiesta para el agua y para el fuego.









lunes, 14 de mayo de 2012

TEPEU Y GUCUMATZ


XXI

 




¿Por qué temer a la muerte?

¿Por qué temer al nido gigante

que enhilaron Tepeu y Gucumatz en las horas de sueño?

¿Por qué huir a sus trajes?

A sus domingos sagrados,

A su viaje infinito por sombras delgadas?

Tepeu es el bautizo de otras orillas,

La comunión de lejanas preexistencias,

El maridaje cercano

Entre lo innombrable y lo incierto.

Amo a Tepeu que me libera de tantas batallas

La puerta de su estancia

Que conduce a otros caminos,

El carricero del cosmos

Que picotea las penumbras.

Amo a Gucumatz,

Su colmena,

Su cuchilla,

Su espejo,

Su faro.

Amo al bello adolescente

De trenzas perfumadas

El niño lejano y frágil

Que al proferirle amor

Me revela la dimensión exacta de sus ojos

Cuando sueño y noche

Se confunden

Como bálsamos de flores

Ungidos en las sombras.








martes, 8 de mayo de 2012

KUKULCÁN


XX




 Todos los hombres que Kukulcán ha sido

-Siete que se sepa-

guardan entre sí cierta simetría

que los hace

uno en el espacio

y muchos en el tiempo:

equidistantes y cercanos como un bosque.

-Siete que se sepa-

son los que han atravesado los pórticos del sueño

siendo el sueño él mismo

en una doble balaustrada del espejo.

Todos los hombres que Kukulcán ha sido

Manufactureros del elixir de la muerte

Han emprendido en la ruta numérica del viaje

La jerarquía cósmica que todo lo conoce, todo lo diluye,

Todo lo separa.

“Lo que el hombre pueda desear, pedir y esperar”

-Según Kukulcán-

Claves que se conmemoran en las hojas serradas y afiladas del destierro

Vienen del allá

 De Yaxchilán o de Quirigua

-Según se quiera-

Donde está el periodo iniciático del mago

La flecha incólume de los argonautas. 

Todos los hombres que Kukulcán ha sido

Han viajado a través de nueve esferas, nueve capas;

Cada vez que un vehículo se detiene en el camino

Se hace necesario emprender en otro el viaje,

-Dice Kukulcán, el emplumado-;

han soltado su vuelo en las estribaciones de la noche,

resucitado en la carta final de los otros jugadores.

Todos los hombres que ahora cruzan el abismo

-Nueve en total-

llevan su cúpula de sándalo en la muerte.

La lámpara, el barandal,

La ablución, el ajarafe

Guardado en lo que Kukulcán denomina

“Lo sin nombre”

brotan y emergen como el henequén en la primavera

como los esmaltes traslúcidos del viento y de las sombras.

Todos los hombres y ninguno

Poseedores del silencio y lo inanimado,

De lo inexacto y lo gaseoso,

Habitan ahora la Ciudad de las Piedras parlantes,

En la orilla argente de las estaciones.

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