Pintor Chino Guan ZeJu |
XXVI
Hay
una mujer en mi casa
Que
mira yo no sé hacia qué esquina, hacia qué
Mundo
Una
mujer cuya espalda
La
constituye el viento;
El
árbol de la noche
Como
una oración para los casos difíciles.
Hay
una mujer
Que
desconozco
Y
sin embargo sé que es un pretexto.
Como
si soñarla no fuera suficiente
Para
acabar de comprenderla,
Mi
alma se remonta a las alturas
Como
buscando no sé qué colina
No
sé que precipicio.
Hay
una mujer que me ha desposado
Cuando
apenas descubrí
Que
nací para ser hombre o sueño.
Una
mujer de pomarrosos y guáimaros gigantes
Una
hembra suave y sudorosa
Que
pasa como un río
Musitando
leves vientos de nostalgia
Para
mi mundo verosímil y fantástico
Hay
una mujer en mis sueños
Una
mujer que mira yo no sé hacia que parajes
Hacia
qué rincones.
Una
mujer a quien los árboles, los pájaros
E
inclusive las esferas
Le
hablan a diario
Con
una vocación maravillosa
Y
le comunican los secretos inescrutables
De
las piedras y los ríos
Hay
una mujer que mira hacia mis mundos subterráneos
Y
decanta con sus pechos balsámicos
Todas
las sombras que me habitan
Una
mujer que sabe todos los misterios de mis
Noches
La
mansa luna atropellada
De
mi angustia.