Pintura de César Santos. |
VI
La
vaciedad del infante tiempo
Antes
de tu luz
Chocaba
con la casa
Golpeaba
las paredes
Las
lejanas puertas.
El
camino
Apenas
cerca
Extendía
sus aleros a mi playa.
¿Cómo
coordinar los movimientos
para
alcanzar la distante orilla?
Era
yo un diminuto pájaro de piedra
Silente
y ciego a otras latitudes
Un
crustáceo hecho de cemento
Perdido
en el silencio del mar y de la roca.
¡Sálvame,
pálpame!
Allí
te he avizorado
En
la nada
En
el monólogo del viento
En
la ingravidez del día
En
la raíz del todo originario
En
el principio del lenguaje
Y
en la voz del río
De
la noche
De
la luna
Y
de los campos
Que
se izaron en mi oído.
Aniquirona
La
plenitud ligera de mis alas
Luego
de tu luz
Voló
madura hacia tu bosque.