sábado, 16 de noviembre de 2013

HERMES



XXVI

HERMES





Como es arriba es abajo:


Tu Rosa negra, mi estrella roja,


El venablo y el yelmo de tu sublime figura.



Todo fluye y  refluye:


Tus cabellos se allegan, mis bucles se prorrogan,


Tu ondulación es antagónica e idéntica a la mía.



Tu ascenso y mi descenso


Están demarcados por el principio de tu propia naturaleza:


Hécate, Diana, Selene


Tres movimientos en la misma circunferencia:


El péndulo de mis miembros que nunca reposan.


Nada descansa; todo vibra:


Tus flancos troyanos, las caderas de mi oratoria   


Tus huellas que cortan el hilo de los días.



Todo en ti es absoluto,


Todo en mí una verdad relativa:


Mis besos, mis caricias


El reloj que circunda por la flor oscura de tus muslos.



Como es arriba es abajo:


Tu cuerpo, mi cuerpo,


Camino,


Trilogía,


Ebullición en el alambique de estrellas.



























































lunes, 11 de noviembre de 2013

HERMAFRODITA



XXV

HERMAFRODITA

 






De ahora en adelante estaremos condenados a ser uno solo

A cargar con el mismo cuerpo 

-el yerro de nuestras culpas-

A ser el mismo sueño,

El firmamento delineado por idénticas manos.


Y tu cabello será mi cabello

Tu boca mi boca,

La oscuridad de tus ojos mis ojos.

Y tus piernas el camino,

El maravilloso vía-crucis al calvario de mi alimento.

Y tu cuerpo será mi santuario,

El mío tu sinagoga,

Tu abadía,

El lugar donde nos abriguemos de los de afuera,

Donde nos cuidemos de la fruición

De la Guerra de Troya.

Tus muslos serán mis muslos,

Tus labios los dictadores de lo que bese,

Tus pies,

Tus minúsculos pies de mandrágora y uva,

Los cancerberos donde resida el Vellocino y la flauta.


Y tu muerte será mi muerte

Tu moneda mi calderilla,

Tus pechos el lugar donde elabore mi canje.

De ahora en adelante estaremos condenados a ser uno solo,

A fundirnos como el acero, a terciarnos como la espada;

Clavados, disueltos, resumidos

En lo que parece el espejo y su sombra

El laberinto de lo que confluye y rescinda.





















lunes, 4 de noviembre de 2013

EOLO



XXIV

EOLO

 




 ¿Cuál viento el que zarandea tu Orilla?

¿Qué aire el que se pasea por tus sextantes,

Mueve tu oleaje, crispa tus jarcias,

Arrastra tus estribores?


¿Qué viento el que sale de mis dominios

Para poseerte en los días de alféizar y de olas?

¿Quién en la rosa de los vientos,

Quién el amante fortuito

Que sopla tu ondulación,

entra ligero en tus diques,

va por los bastimentos de tu organismo?


¿Quién el maldito aire,

Cuál ese renegado soplo

Que corre muy quedo por tu malecón,

Por tu playa desnuda de estrellas?

¿Quién aquel que te ha mostrado los genios del viento

Ha desvestido tu espalda

Ha navegado tus ríos?

¿Quién el hombre que se disfraza de aire

Se viste de aire, se provee de aire

Para poseerte a través de sus islas?

¿Quién el hombre que violenta tu muelle,

Constriñe tus barcos,

Marca tus bitácoras?

¿Quién el maldito hijo del viento?


















sábado, 26 de octubre de 2013

EROS



XXIII

EROS






Porque se mata lo que se ama

Has suprimido mi rostro,

Mi efigie,

Mi portentosa figura,

Y has disgregado mi aspecto

En lo que tú quieres que yo sea.


Porque se mata lo que se ama

Has quebrantado mi ofrenda,

Desdibujado mis plantas;

Marcado el camino

Que debo procurar en favor de tu beso,

Y has extirpado mi muerte, mi carcaj y mis flechas

Con tal de desleírme en tus bordes,

Volverme corriente de tu corriente,

Rumor de tu sexo,

Fragor de tus ríos.


Porque se mata lo que se ama

-dices-

Porque se niega todo lo que el amante desea

Se le prohíbe una belleza más allá de la nuestra

Se le procura un cuerpo que signifique su estadio.

Yo,

Daimon intermedio entre lo blanco y lo oscuro

La luz y sus sombras;

El más sublime y hermoso de todos,

El más cantado de El Banquete y otras apologías;

Debo sustraerme ante la belleza sinuosa de tus caderas,

Sobrevivirte a pesar de mi muerte,

Reconciliarte a pesar de la vida.


Porque se mata lo que se ama

-dices-

Porque se niega al amado lo que busca y precisa,

Es que yo ando con esta nostalgia de cielo y de estrella

Perdido en tu beso,

Clavado en tu piedra,

Afilado en tu espada.

Porque se ama lo que se mata

-digo-.