lunes, 4 de noviembre de 2013

EOLO



XXIV

EOLO

 




 ¿Cuál viento el que zarandea tu Orilla?

¿Qué aire el que se pasea por tus sextantes,

Mueve tu oleaje, crispa tus jarcias,

Arrastra tus estribores?


¿Qué viento el que sale de mis dominios

Para poseerte en los días de alféizar y de olas?

¿Quién en la rosa de los vientos,

Quién el amante fortuito

Que sopla tu ondulación,

entra ligero en tus diques,

va por los bastimentos de tu organismo?


¿Quién el maldito aire,

Cuál ese renegado soplo

Que corre muy quedo por tu malecón,

Por tu playa desnuda de estrellas?

¿Quién aquel que te ha mostrado los genios del viento

Ha desvestido tu espalda

Ha navegado tus ríos?

¿Quién el hombre que se disfraza de aire

Se viste de aire, se provee de aire

Para poseerte a través de sus islas?

¿Quién el hombre que violenta tu muelle,

Constriñe tus barcos,

Marca tus bitácoras?

¿Quién el maldito hijo del viento?


















sábado, 26 de octubre de 2013

EROS



XXIII

EROS






Porque se mata lo que se ama

Has suprimido mi rostro,

Mi efigie,

Mi portentosa figura,

Y has disgregado mi aspecto

En lo que tú quieres que yo sea.


Porque se mata lo que se ama

Has quebrantado mi ofrenda,

Desdibujado mis plantas;

Marcado el camino

Que debo procurar en favor de tu beso,

Y has extirpado mi muerte, mi carcaj y mis flechas

Con tal de desleírme en tus bordes,

Volverme corriente de tu corriente,

Rumor de tu sexo,

Fragor de tus ríos.


Porque se mata lo que se ama

-dices-

Porque se niega todo lo que el amante desea

Se le prohíbe una belleza más allá de la nuestra

Se le procura un cuerpo que signifique su estadio.

Yo,

Daimon intermedio entre lo blanco y lo oscuro

La luz y sus sombras;

El más sublime y hermoso de todos,

El más cantado de El Banquete y otras apologías;

Debo sustraerme ante la belleza sinuosa de tus caderas,

Sobrevivirte a pesar de mi muerte,

Reconciliarte a pesar de la vida.


Porque se mata lo que se ama

-dices-

Porque se niega al amado lo que busca y precisa,

Es que yo ando con esta nostalgia de cielo y de estrella

Perdido en tu beso,

Clavado en tu piedra,

Afilado en tu espada.

Porque se ama lo que se mata

-digo-.







sábado, 5 de octubre de 2013

PAN Y SÍRINX



XXII

PAN

 




 Sírinx, Sírinx!

Me llega tu nombre a través del Valle y las quebradas.

Hay en ti un rumor de bosque,

De íbice y flauta carriza

Que yo,

Dios de los pastores y de las cabras,

No logro descifrar.


¿Qué es esa música secreta que viene de tus entrañas,

De la mata de polen de tus labios de estrella?

Jamás mis sentidos percibieron tal concordancia

Tanta correspondencia en un solo organismo.


¿Dónde ese equilibrio de fémina flotante,

Esa hilera de musgos en tus pechos de árbol?

La fertilidad tiene su propio paraíso

Y la mía

Comienza en tus muslos caldeados;

En los abrazos proveídos detrás del fuego y el río.

Sírinx!

¿No escuchas mi canto?

¿No te enternece el hilo de agua que baja de mis rodillas?:

Es el canto del que me ha provisto Natura

La música dada por Apolo para resumirme en tu boca.

No ves cómo me crispa tu aliento,

Tu cabello imposible,

Tus pantorrillas de loba?

Sírinx, Sírinx!


Abajo los frenos, las poleas, las rosas

Que caiga tu pelo en mi pelo

Tu espalda en mi espalda,

Tu pecho en mis manos

Que a los dos nos aguarda

Una serenata de velas y oleajes marinos,

Un rumor de piedra y acantilado.












sábado, 28 de septiembre de 2013

ZEUS

XXI

ZEUS





Por el yerro de un niño excéntrico en el arco

He sido Cisne para Leda,

Toro para Europa,

Lluvia de oro en el cuerpo de Dánae,

Y he sido también

El águila de cobre que cruza los espejos

Trajinando entre sus garras

El cuerpo vigoroso de Ganímedes.


Me he metamorfoseado en sátiro,

para elevar mi procedencia

A la desnudez espontánea de Antíope,

Y conquistar con la égida

la castidad de sus rodillas.

Sin embargo,

A la hora de blandir mi rayo contigo

¿En qué bestia debo transformarme?

¿Cuál el animal que logre tu fisonomía?

Me pesa esta sentencia de ser dios y padre del Olimpo,

Acumulador de nubes, escanciador del rayo

Y no poder llegar a la simpleza de tus glúteos,

A la sencillez insoportable de tu espalda.


¿En que bestia, pues, debo transmutarme?

¿Qué cernícalo para acceder tus entusiasmos,

Tus volcanes y tus ruinas?

He escapado de la boca de Cronos milagrosamente,

He derrotado a los titanes,

He esgrimido con mi trueno el Tártaro

Más,

¿Qué hazaña me asegura tu caída?

¿Tu ciega pasión, tus estrellas rojas? 

En qué animal amor,

Oh!,

En qué animal?