domingo, 25 de agosto de 2013

SÍSIFO




XVI

SÍSIFO

 




 En el entusiasmo de la noche

Sobresale una autopista que es la que recorro ahora

Y se configura diariamente en la palma abierta de mi cuerpo.

Mi mundo comienza en esta calle,

En estos corredores que marco con las manos

Y cuya boca se sorprende con el vértice de un labio y una arteria virgen.

Siempre el mismo recorrido,

La analogía (montañosa) de un cuerpo accidentado:

los mismos senos, el mismo dorso,

el mismo pubis;

Es un ir y venir determinado por los signos

Y que, no obstante,

complace hasta el tuétano las proporciones de sus oráculos.

¿Qué Daimon es el garante de tal gozo?   


Mi mundo comienza y termina en esta carretera;

Marco con las falanges de mis dedos

-centímetro a centímetro-

la autopista de una espalda intolerante a la aridez.

Voy y vuelvo como la muerte,

Como las obscuras puertas de Tebas o de Argos,

Sobre ciertos caracteres que sólo pertenecen a mi boca.

Las grafías de esa misma boca

Ella las conoce como Proserpina el reino de Plutón.

Voy y vuelvo como la noche,


Me sumerjo en el mismo recorrido,

En la misma vía,

en ciertos atajos que sólo mis manos anticipan.

Bajo algunas calzadas esbozadas por el laberinto

recuerdo el mito que me corresponde

-el mismo sexo, la misma alforja, el mismo ombligo-

y me siento a esperar a que pase el mundo

pues según mis arcanos y relojes

mi Odisea comienza en el ángulo de su vientre abierto

y termina en los recodos trifurcados de su amor.





sábado, 17 de agosto de 2013

PARIS





XV

PARIS

 



Cuando una mujer florece en la tenebrosidad del mar

su rictus es como el aire que rompe las ristras de los barcos

y provoca cierta fractura en el maderamen de los mismos.

Cuando una mujer

Alta,

imperiosa como la proa de los bastimentos,

se abre,

cae desde arriba,

se resume en las olas y en los golpes de la lluvia,

se pueden decir tres cosas sobre ella:

Uno,

que es hija de Poseidón, dios de los océanos,

Y su arte final se congrega en la seducción de nautas y pilotos.


Dos:

Que su presencia obedece a la ira de algún Olímpico

Presto a derrotar nuestra flotilla

Con el argumento sólido de la belleza.

Tres:

y el menos fehaciente de los anteriores,

que el Numen de la Pitia ha decidido congregarla a mis afectos

de modo que resuelva mis batallas

en el tálamo nupcial de sus incendios.

Niego que sea el enamoramiento

Del que ahora me acusan mis súbditos,

lo que me doblega al filo de la espada y de los días,

Pues a pesar de haberme abandonado en la gloria de su guerra

Sé, y soy consciente de ello,

Que sólo puede derrotarme el enemigo:

Menelao, Agamenón, Orestes: el pasado o el futuro griego;


Nunca una mujer

Aunque ahora me prive de la libertad y la victoria

Propias del ostracismo

Y me sumerja en el acantilado hirviente de sus muslos

Viendo como pasa el mar entre mis ojos

Y como la llena luna se tiñe de la sangre

De aquellos que naufragan en el desvarío de la muerte.







sábado, 10 de agosto de 2013

PROMETEO




XIV

PROMETEO






Sírveme el  fuego de tu fuego,

tu átomo

tu ser y tu costilla muscínea.

Súrteme lo elemental de tus sombras,

el canto de tus diademas,

el quiebre de lo que confluye y termina.

Es simple el amor, hermosa su carta


muéveme el brebaje de tus alcázares,

el calor de tu cuerpo,

la vibración de tus murallas.

Trátame la noche,

el río que pasa ligero por la llanura de estrellas,

el espejo de agua donde se miran Pólux y Cástor.

Procúrame la eternidad del relámpago,

el sonido desnudo del trueno,

la luz desenfrenada del rayo.

Provéeme del fragor que yace en tu sexo,

la alquimia y el cetro de tus extremidades caldeadas:

Sírveme tu efusión,

el calor de tu calor,

el fuego de tu fuego

que sólo yo puedo proveerme de tus ardores,

de la mata caliente de tu boca de incendios.

sábado, 3 de agosto de 2013

ACTEÓN



XIII

ACTEÓN





Como Ulises me harás errar

Como Aquiles, como Teucro.

Como Aurora,

La de los dedos sonrosados,

Expiraré en la penalidad de tus amores,

En el precipicio aventurado de tus muslos.

Como Jasón,


Coadjutor de los argonautas,

Vagaré por la lid de tus rodillas

Por el armazón desnudo de tus pies.

Como Eneas, fundador de Roma,

Me enfrentaré a la hierba rizada de tu pubis,

Hundiré los belfos de mi boca

En las hojas crispadas de tu boca.

Como Helena,

La de los blancos brazos,

Vagaré en los miembros de tu río,

Beberé con mis labios de ciervo seducido

El riachuelo ambivalente de tus labios.

Como Pan,

Perseguidor de Sírinx,

Como Patroclo, como Fénix,

Sucumbiré por siempre en el exilio

Me levantaré de las cenizas

Y correré como un potro desbocado

Por la llanura fértil de tus ojos.

Como Ulises me harás errar,

Como Minos, como Cauno.