Mashiaj es mi Pastor
Nada me falta.
Me sobrarán las frutas, las hojas, las veletas,
Las esferas que transitan por el éter,
El poema que crece silencioso
En el árbol prohibido y permisivo de la noche.
Mashiaj es mi Pastor
Nada me falta.
Los cantos, las quebradas, las orillas
Y recostaré mi espalda
Sobre las piedras del desierto,
Contemplaré el vuelo estrepitoso de los ríos
Sobre el lienzo claro-oscuro de los valles.
En la época en que escasee la vida
Y Satanás se levante como un himno en la baraja
Mashiaj me surtirá de la frescura:
Caminaré desnudo por el cosmos
Como una estrella más del infinito
Como un cometa sobre el lienzo luminoso de la muerte.
Y vendrán la fama y la derrota
Como dos hermanas, hijas de Calíope,
Y no les temeré
ni huiré de ellas
porque suyo es mi pecho
que discurre como el agua
y suyo es mi paladar
que saborea la caída.
Nada me falta;
Los tres días de oscuridad
Me harán reflexionar sobre las sombras;
Las hormigas diminutas del desierto
No roerán un céntimo de aire,
La destrucción de las ciudades
No oscurecerán el diario florecer
De las lluvias y los astros;
-Acaso mi ceguera se nutrirá de estas canciones-
y mi espada se surtirá de sus cabellos
rompiendo el abismo hacia la tierra prometida.