Quinto Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico
PALÉS SAGRADO
El Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico (FIPPR) celebró en
marzo del 2008 su primera edición dentro del marco del mundo
centroamericano. Muy pronto amplió sus miras al horizonte de la América
Nuestra, incorporando pronto a España. Este año, sin desnaturalizar del
todo su origen, la oferta de la Quinta Edición incluye otras latitudes,
culturas y lenguas, como Japón. Aunque al principio se tratara de
una iniciativa impulsada por el Grupo Guajana, la directiva del FIPPR
se transformó muy rápidamente con la incorporación de otros poetas
dispuestos a hacer el trabajo arduo de organización. Desde hace algunos
años lo preside Vilma Reyes.
Para esta quinta edición la Junta de
Directores del FIPPR recibe una cantidad insólita de poetas
internacionales: hay 30 poetas anunciados del extranjero que compartirán
sus haberes y querencias con los poetas y el público puertorriqueños.
Los países de origen son: Argentina, Bolivia, Chile (2), Colombia (3),
Costa Rica, Cuba (2), Dominicana, Ecuador, El Salvador (2), España (3),
Guatemala, Honduras, Japón (2), México (3), Panamá, Paraguay, Perú,
Uruguay (2) y Venezuela. Y Puerto Rico, naturalmente.
El Programa
inicia en la sede del FIPPR en el Recinto Metropolitano de la
Universidad InterAmericana, el lunes 15 de abril, a las 7 de la noche, y
continúa el resto de la semana con presentaciones simultáneas en San
Juan, Bayamón, Humacao, San Lorenzo, Ponce, Dorado, Arecibo, Naguabo,
Manatí, Caguas –entre otros pueblos–, para culminar, el sábado 20 de
abril, con una gran fiesta negrista en Guayama, pueblo natal de Luis
Palés Matos.
Ninguna actividad cultural celebrada en Puerto Rico se
ventea de manera tan abierta y amplía como el Festival de Poesía,
ofreciendo sus invitados por todas partes y a todos los niveles,
incluyendo universidades, centros culturales, teatros, escuelas e,
incluso, plazas públicas. A excepción hecha de una importante
contribución ofrecida hace años por el Instituto de Cultura
Puertorriqueña bajo la dirección de José Luis Vega, el FIPPR no ha
contado con más contribuciones de magnitud como no sea el patrocinio
constante de la Universidad InterAmericana, y de algunos municipios como
el de Mayagüez y San Lorenzo. Así, pues, las diferentes ediciones del
FIPPR se han realizado a partir de contribuciones modestas y del
esfuerzo personal de su Junta Directiva y de sus numerosos
colaboradores. El programa del FIPPR puede consultarse en detalle en su
página electrónica en Facebook.
La dedicatoria del Festival de este
año, a Luis Palés Matos (1898-1959), nos parece un extraordinario
acierto. Palés es, a no dudarlo, el poeta puertorriqueño de mayor
proyección internacional en toda la historia de la literatura
puertorriqueña, y es también, seguramente, el poeta que causó un mayor
impacto, corrector, en el desarrollo de nuestra cultura nacional.
Los méritos de la obra de Luis Palés Matos son varios, y todos
indudables. Por una parte, la excelencia melódica y sonora de un verso
depurado en una fragua maestra que abarca una obra que se inicia
encumbrada mucho antes de su producción afroboricua. Por otra parte, la
poesía “negroide” de Palés Matos, que es un derivado del taller de las
vanguardias poéticas en las que se ejercitó Palés con denuedo, y cuya
importancia histórica, amén de la insuperable excelencia del verso, está
en el despertar de una conciencia racial afrocaribeña –y también
antillana–, hasta entonces sonámbula del hispanismo blanco que
señoreaba, hegemónica, en el imaginario de la cultura del país. Con tal
fuerza campaneó su sincretismo y su arte que se convirtió en icono de
caribeñidad y alcanzó eco en otras riberas, como ocurre con la obra del
maestro cubano Nicolás Guillén. En tercer lugar, la saga de lirismo
sublime alcanzada en el ciclo misterioso de lo sagrado con los poemas de
Filí-Melé, y otros, estudiado con ahínco y fervor por Mercedes López
Baralt en su libro majestuoso: “Orfeo mulato: Palés ante el umbral de lo
sagrado” (San Juan: UdUPR, 2009).
Gracias al FIPPR, Puerto Rico
repercute de nuevo, y de este modo, en un mundo que reclama ya su
incorporación al concierto de naciones de la América Latina. Quizás es
cierto que la poesía no salva a nadie, como dice Marcelino Canino, pero
llena el pecho de caracoles y aguas, tambores, ternuras, luces y cantos.