jueves, 30 de agosto de 2012

RUTH



XII

CANCIÓN A RUTH (La moabita)




Como una roca sobre la roca

Como una espada sobre la espada,

Hay una fragua en toda Moab

Que centellea con el filo frío de la muerte.

Un fuelle que ondea

Entre las hojas crispadas del acero

Y cuyo fuego

Retumba en medio del mar de Galilea.

Una joven inflamada

Como las altas horas de la noche

Cuyo paso por las escalinatas del gran templo

Detiene la visión de príncipes y verdugos

De herreros y sacerdotes.

Como una piedra sobre la roca

Como un puñal sobre la espada

La hija de Abinoh

Demarca con sus senos

Las fértiles planicies del río Rogitama

Y una vez venida de la muerte

Ha traído al mundo

La perennidad del fuego

La música perpetua de las fraguas

La tonalidad imperecedera de los yunques.

Bajo el golpe de los martillos

No hay otro más violento

Que el producido por la muerte,

Bajo el sonido del acero

No hay otro más secreto

Que el entonado por las sombras

Y esta mujer, llamada Ruth,

-Inquebrantable como los cuchillos de la noche-

Conoce las estrellas del gran Ébano

El vapor del ininteligible caos,

Los cerrojos y la cólera del sepulcro.

Como una roca sobre el océano del Hades

Como una espada sobre el territorio de Proserpina,

La hija de Abinoh

Ha circulado por los últimos caminos

Como una paloma sobre su primer diluvio,

Como la imagen del ancho espejo de la muerte

Sobre el brazo desnudo de una espada;

Y sus manos llevan piedras para el hambre

 Y sus ojos continúan con el fulgor de las estrellas

y sus cabellos llamean como el mito del Apocalipsis;

instaurando y restaurando

la próxima venida de Majalón

sobre las lindes de otro paraíso.










miércoles, 22 de agosto de 2012

SANSÓN


XI

LA ELEGIA DE SANSÓN



Como una nube de fuego

En busca de la masa de sus propias luces

Así vino Dalila a mí;

Como un canto, como un grito,

Como un eco inmortal y tembloroso,

Izado en el infinito de mis cabellos hercúleos.

Como una flecha, como un dardo, como una espada;

Besó el viento, cruzó la muerte, sesgó los trigos

Y llegó a mí con la fragancia de las viñas y los olivares

A doblegar con sus encantos de abigarrados colores:

Los enigmas de las noches,

Los misterios de las mieses,

El fuego inclemente de las reposas

En las puertas y cerrojos de los filisteos.

Llegó a mí del valle de Sorec

Con un enjambre de abejas en la boca de los leones

¿Qué podía ser más devorador que ella

y al mismo tiempo más dulce que ella?

Como una nube de fuego

Surcando la nave poderosa de los sueños

Así vino Dalila a mí

A entretejer mis siete trenzas de cabellos

A revolver mis pujanzas en un clavo

A hincar mis cóleras en la tierra.

Llegó Dalila a mí

A desnudar la enramada de mis contemplaciones

El eco de mis sobresaltos.

Su puñal de salvajina penetró las cimas de la inmovilidad,

Del enigma, del secreto

Extrayendo de las propias órbitas de mis labios

La forma de conducirme hacia la muerte

De volverme pasajero de su propia muerte

¿Qué podía ser más devorador que ella

y al mismo tiempo más dulce que ella?















 

miércoles, 15 de agosto de 2012

ENTREVISTA A LOS IMPRESENTABLES


MOISÉS


X

MOISÉS



Porque no hay nada que perezca

Ante la luz de las palabras

Ni hay sabio mar

O fuerte río

Que se exalte a mi cayado

Hoy con el espíritu del verbo

Divido el mar en dos

Separo los ríos

Abro el lago o cualquier fuente rizada

De viento o música

Y los convierto en tierra seca

Para labranza o puente.

Ábrete Mar Muerto

Que conmigo vienen

Todas las tribus de Sucot, de Etam, de Migdol,

De Moab y de Edom.

Ábrete gigante de sal y piedra

Que por tus vísceras

Circundan los niños,

Las mujeres con sus bocas pobladas de gladiolos y mirtos

Para hermosear la nueva tierra que nos llama.

Ábrete Mar Muerto

Que entre tus murallas de agua

Viene corriendo la vida

El Edén, el destierro, el arca,

Sodoma y Gomorra,

La brisa del este

Apoltronada de voces

De cuerpos apócrifos.

Ábrete piélago muerto

Porque de tus entrañas

Manarán egipcios, israelitas, amorreos, hititas,

Heveos y cananeos

Condenados al canto de la lluvia y el viento

Y sobre tus aguas amargas

Echaremos el arbusto que te vuelva dulce;

Dulce como el kithara y el tricordom

Para la boca sedienta y sabia.

Yo soy Moisés

El hijo del agua

El amo de los arrecifes y los peñascos


Ábrete Mar Muerto

Que así como a tu hermano,

El Mar Rojo,

Cruzaré tus aguas con mis arcas, mis diluvios

Caballos y jinetes

Hacia la nueva tierra,

Y la leche y la miel

Correrán por tu sangre tórrida

Y lloverá sobre ti

El maná que te vuelva a la vida eterna.