XIX
Hay una escalera diagramada en los
espejos
De donde emergen los cuerpos del
equilibrista.
Dieciocho peldaños se tejen de sus
sombras
Y los hijos de las abejas ascienden
Por la espiral bifurcada de su abismo,
Se posan desnudos sobre las fronteras
de la muerte
Y
en el cuerpo interpolado de las dagas
Yacen los cráteres de la Terra,
El reflejo difuminado de los otros
mundos.
Hay una escalera diagramada en los
espejos;
Cien rostros confluyen en el sueño,
Cien puñales, cien espadas,
El mismo hombre pavoneándose su suerte.
Dieciocho máscaras
Son atribuidas al Libro de los Otros,
Un escriba, un saduceo,
Los oficios,
Una aureola para las prostitutas de los
templos,
Un poseso repasando las inscripciones
de Uxmal.
Hay una escalera, un espejo,
El ágora, los ángulos,
Un Jaguar irrumpiendo el equilibrio,
Un hombre que emerge de la muerte
Con los dados del Almirante
Jugando otras partidas.
Hay una escalera diagramada en el Libro
de las profecías
Y de ella emergen los cuerpos del
equilibrista:
El cayado vertiginoso de su propia
altura.