lunes, 8 de septiembre de 2014

TEMPS III



La Emperatriz tiene en sus manos la cara del cosmos.
La sacerdotisa dobla la hoja y resume la historia del éter.
Ellas,
Sentadas en sus lunetas de piedra,
Tienen en sus bucles el fusil del guerrero,
La antorcha del “para”,
La nitroglicerina del kamikaze.
Todo es inexorable
-Dicen-
Todo está en el brillo de la historia
En las iras que trae un Anacoreta:
El Caín que la muerte le reintegra a la vida
Y que va por la noche trazando su escarnio,
Su castillo mortuorio de guerra.
¿Quién de ellos el culpable?,
¿El primer Abel?,
¿La primera honda?
Todo es obscuro,
Terriblemente obscuro en el tarot de los hermanos
Y ninguna golondrina llamea en la tormenta
Para que restituya con su sangre
El reflejo de la muerte sobre el río…



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