Pintura de César Santos |
XXII
A Roberto Chavarro Chavarro
Aniquirona
¿Dónde
están los versos perdidos?
¿En
qué lugar la alforja
que
esconde las palabras
y
el mundo de las premoniciones?
¿En
que lugar los pañolones de las viudas
que
enlutaron su tristeza
hasta
fraguar la música?
¿Acaso
en Schuaima la luz?
La
gran nube en forma de ánfora
Donde
todas las tristezas se evaporan
Y
los niños juegan con los tamariscos y los pájaros?
Schuaima
es la nación
Donde
todos los que se fueron han llegado.
Crucen
amigos de infancia
Vengan
marineros y soldados muertos
vengan
prostitutas
que
los músicos desnuden su tristeza de guitarra
y
los villanos se levanten de las prisiones
¡Hay
pan para todos!
Venga
también el salmista, el misionero,
Judíos,
mahometanos y gentiles
Crucen
pescadores con sus redes de plata
Y
el místico con su trozo de parafina.
Marchen
hacia Schuaima
La
luz de la lámpara gigante
Es
el arco de la travesía.
Marchen
que las campanas del calvario
Han
cesado su repicar de entierro
Y
la brisa se ha detenido
Para
no despeinar el sueño
De
extranjeros y visitantes.
Aniquirona
Ha
llegado el instante de multiplicar pájaros y peces
Es
la hora del fuego
La
hora del canto y el grito
Despójense
de su armazón y de su escafandra
Los
científicos
Vengan
los alquimistas con el rayo y el trueno.
Marchen
hermosos gusanos
Es
hora de tejer las alas para remontar el vuelo,
Después
de la metamorfosis
¡Todas
las larvas serán mariposas!
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