XII
Mujer
en el espejo
Toma
de mí
Las
cosas que ya fueron tuyas
El
sonido de las hojas
El
silbar quedo de mis ramas
Haz
de este escueto tronco
Un
asentamiento para tu estadía,
¡Ven,
forastera!
Sólo
ofrezco para tus manos
Un
ramillete de fragantes piedras
Bajo
la pequeña
-casi
mi diminuta sombra-
puedes
quedarte
no
importa el tiempo
al
fin y al cabo
el
tiempo para los dos no existe.
Soy
un hombre viejo
Un
árbol moreno y oxidado
Pero
te juro
Que
aún puedes hacer de mí
Una
canción para la muerte
Para
la vida
O
quizás para otra cosa más hermosa.
Forastera
Aún
anidan en mi tallo
Escarabajos
transparentes
observa
mujer de ojos luminosos;
mi
coraza de colibrí y de mariposa
resiste
millones de guerras, de guitarras
y
otro caminar para la suerte de tus días.
Quédate
extranjera
Mañana
ya seré otra cosa
Y
tú estarás demasiado joven
Para
comenzar de nuevo.
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