X
Me
sobra coraje para amar la muerte
He
viajado a mi niñez en sus espaldas
he
visto los helechos colgantes en el patio
el
árbol de la vida
el
claro de luna
llegándome,
apaciguándome.
Gracias
a la muerte
Estoy
en Schuaima
Otro
modo de existencia
Otra
forma de quedarse
Y
acostumbrarse a los recuerdos
A
uno mismo,
A
ese otro conocido.
La
roldana y el cubo
Cantaron
la caída de mi cuerpo
A
través del túnel de las sombras
Su
música blanca;
-Cántico
dormido al final del pozo-
formó
una gigantesca onda
que
cubrió de canciones y músicas eternas
mi
espíritu de pájaro
mi
alma de águila nocturna.
Forastera
He
abierto los ojos a la vida
Luego
de ese viaje inexorable
Después
del paso transitorio por el sueño.
La
música de la roldana llegó como el sonido de las aguas.
Antes
de que cayeran las hojas de los árboles
Antes
de que el viento dibujara otro reloj
Con
las estrellas
Estaba
en Schuaima
Desprovisto
de mi antigua ropa,
Desnudo,
Con
los ojos abiertos
Entregado
a la pasividad,
Al
permanente transcurrir
Por
el valle de las tristezas.
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