Pintura de César Santos. |
VIII
Aniquirona
No
te temo
Antes
te amo.
El
camino como un espejo
Me
muestra uno a uno tus atajos, el principio.
¡Escucha
la voz de los sinsontes!
Descalzo,
Desnudo
Y
loco
Sin
la vaciedad del infante tiempo
Debo
fundirme en la respiración del aire
Volverme
partícula de tu cosmos.
Para
llegar a ti
No
sirve cuestionarme en el arreglo de la casa
Ni
siquiera mover los muebles de lugar
Para
que el ambiente parezca distinto
No
sirve tomar cada mañana una ruta diferente
Para
creer que se llega a otro país
No
vale adelantar el reloj
Para
sentir que el tiempo pasa rápido
Tampoco
vale atrasarlo
Para
creer que se vive eternamente
No
sirve callar para que las palabras no se gasten.
Basta
con meter la cabeza en el río de la nada
-ojalá
hasta la nuca-
y
sentir como la luz del agua
inunda
los pulmones
y
cómo su risa redentora
nos
moja de equilibrio
y
de la libertad serena
de
pisar otros caminos.
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