domingo, 10 de marzo de 2013

JUDAS



XXVI

JUDAS





¿Cuántas crucifixiones habrá de soportar este espejo?

¿Cuántas la imagen de la roldana al borde del árbol?

¿Cuántas veces el juicio,

los treinta denarios de plata

Bajo el corcel de los sinos?

Este espirálico sueño

Viene y va sobre mis días

Como el mar a la piedra

Como la ola a la playa

Como la gaviota al gigante presidio de la desesperanza.

¿Cuántas veces habré de llorar sal y hojas secas?

¿Cuánto durará  este beso en la llaga del carpintero,

la parábola del eterno retorno?

¡Jesús el profeta ha muerto!

“Al madero con él”

gritaron los fariseos, los saduceos

y los escribas al pie de la horca.

¿Cuántos minutos durará esta balanza,

El llanto de Magdalena y la negación de las rocas?

Yo soy Judas,

Tesorero de los doce,

Soy Judas y peso mis carnes,

Mis treinta denarios, mis números, mi cábala hebrea,

Cargo mi cruz porque soy de la noche

Y me levanto de tantos calvarios

Hacia la tierra prometida.

¿Quién dijo que mi cruz era liviana?

¿Quién dijo que yo no tenía

Mi río Jordán, mi Gólgota,

Mi lugar de la calavera,

Mi cerro de crucifixión,

mi sepulcro donde resucitar

y mi propio ascenso a la luz

después de la muerte?

¡Judas Iscariote ha muerto!

“Al madero con él”

gritó en aquella ocasión

la divina providencia.




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