domingo, 31 de marzo de 2013

BEELZEBUB





XXIX

BEELZEBUB DE PALESTINA




Sí, tú eres aquél
Príncipe de los infiernos

Noble ángel de los desterrados

Descifrador de paradigmas escritos en las noches

Y multiplicador de diluvios sobre las hogueras de la muerte.



Sí, tú eres aquél

Pero cuánto distas de ser

El de aureola destellante,

Cuánto distas de la luz

A pesar de sobrecogerte en otra luz

Y cuánto de la oscuridad

A pesar de instruirte en otra oscuridad.



Sí, tú eres aquél

Ángel o demonio

El que ahora se pasea por los intrincados laberintos

Miles de servidores ahora te coronan

Se deslizan por la orilla del vasto funeral

Sobre una muerte serena que te sobrecoge;

Una muerte que se ensancha

Como la curva, como los ángulos.



Sí, tú eres aquél

El del paraíso perdido y nunca recobrado

-sobran fuerzas paro no recobrarlo-

Tu delicia recae sobre el silencio que viene

Sobre la sabiduría humilde que centellea en la noche:

Pensamiento que se dibuja como una barca

En el océano de los afligidos.



Sí, tú eres aquél

-Gozas con este distintivo-

una estrella de hojas

reposa en tu frente de hiedra quemada

y vagas por el mundo

igual que otro iluminado

restituyendo el camino para los menos doctos

y provocando, a partir de tu imagen alucinante,

la animadversión a las olas ardientes de tu precipicio ,

a la tierra despreciable de los infiernos.

























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