XVI
LOS VIAJES DE EZEQUIEL
Entre trompetas feéricas
-Altas trombas que viajan por el éter-tuvo sus visiones Ezequiel.
Arabescos timbrados en el aire
Le advirtieron de las cosasQue buenamente ocurrirían
A través de las ranuras de la noche.
Cómo estaría de cambiante todo,
Cómo el caballo del Apocalipsis
Transitaría por las hordas del desierto
Hasta arrasar con los campanarios de la iglesia.
El remolino de bronce y fuego
En el cual se movilizabaLo transportó por la antigua tierra de Judá ,
También por los tiempos
Posteriores a su carne;
Tiempo de la guillotina
Que se descuelga de los territorios de Proserpina
Masacrando el cráneo del revólver,
Del cuchillo, de la honda.
Y vio Ezequiel a través de las órbitas del cielo
Las huestes de los pueblos levantándose,Desmoronándose como castillos de naipes,
Como una soldadesca de plomo
En las orillas de las llamas.
Y escuchó Ezequiel los quejidos de la tierra
Los timbales de los cuarzos en lo profundo del espejo.E interpretó Ezequiel,
Cómo avanzaba todo,
Cómo se movilizaban las grandes guarniciones de la guerra,
Los ejércitos del hambre
Los números del desalmado en las inscripciones de las altas cordilleras.
Y sintió Ezequiel,
otra mañana,Otro sueño rodando por la casa del durmiente,
Otro sol, otra sombra
Otro Ezequiel observándose a sí mismo.
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