sábado, 28 de julio de 2012

LOT


VII

LOT




Sodoma

Por tus tierras descienden cenizas

Tristes las liras de tus valles

Que no saben otra cosa que el silencio.

¿A dónde se fueron tus redes oceánicas,

El olor a brea de tus barcos

Y tus toneles rebosantes de vino?

¿Acaso no había en tus vísceras

Diez hombres que te salvaran?

Por amor a los diez

La lluvia de azufre y fuego

Sería maná sagrado

O una manifestación de peces y de pájaros.

Gomorra

¿Qué era ese humo que subía a las estrellas

Como el vaho de un horno?

¿Qué era esa columna de nube y polvo

De la cual manaban piedras y fuego?

¿Qué vieron los ojos

Que antes de ser sal fueron luz?

Levántate de tus cenizas

Como el ave que remonta vuelo a las alturas,

Levántate que las estatuas de sal

Ya han despertado del sueño,

Levántate Fénix de los escombros

Y busca tu nuevo nido

Donde incubar a los hombres;

Que entre tus patas

El fuego arroje a las playas de Saidam

Polluelos montados al viento

Que hablen de las cosas inanimadas y vistas.

Sodoma y Gomorra

¿Qué había más allá de la sal, de Zoar y los valles?

Que la brisa Maarabit traiga tus palabras.

Yo soy Lot

El hombre que corrió a las montañas

El padre de los moabitas y amonitas,

El hombre que se sentaba a las puertas de Sodoma

A mirar pasar el viento,

Las caravanas, los nómadas verdes, los ríos,

El Milano que insistía en navegar a las alturas;

El varón que hoy,


Después de este silencio milenario,

Cambia todas las tierras:

Zoar, Moab, Néguev, Gerar, Shur,

Cades y Séforis

Por mirar hacia atrás,

Por quedarse en el valle como gigante de piedra

Con el espejo y la imagen

Que solo conocen la sal y la muerte

Y los que tuvieron la osadía de mirarte a la cara.





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