II
CANCIÓN DE EVA A ADÁN
(Para
mitigar el viaje)
Cuán hermoso es el barro que se levantó de
otras orillas
Y se formó como un pájaro en el bosque
Hasta cantar la diadema de los ríos.
Cuán bello su orgullo de hoja seca
Que se doblega como un faro
Al contacto inmisericorde de la espada.
Cuán bello es el hombre que bautizó a los
animales de la selva,
Puso nombre a los ríos de la muerte
Y le canta al Chatak de los lejanos pinos
Para que descienda el agua de la acequia
Sobre las viñas y los olivares de las sombras.
Cuán hermoso es Adán
Innumerables son los hijos que le ha arrojado
al mundo,
Innumerables las manzanas que lleva bajo el
brazo,
Innumerables los ríos que ha sobre-nadado
E innumerables las colinas y las arenas
recorridas
En su último destierro.
Cuán hermoso es el pájaro del Génesis:
Su boca tiene la medida exacta de los frutos
del Apocalipsis
Y sus ojos las visiones premonitorias
De todos los calvarios:
Las hojas afiladas y serradas
De sus próximos destierros.
Cuán hermoso es Adán
Cuán magna su sabiduría de la muerte
Su tortuoso caminar por los recovecos de esta
Terra.
Cuán hermoso el paradigma del sepulcro,
Sus costillas, sus cabellos, sus ojos, sus
pestañas,
Sus manos de extranjero
En los confines de otro continente.
Cuán hermoso es Adán
Esta noche me entregaré de nuevo a sus mieses,
a sus frutas,
A su siega.
Como quien va de los precipicios de las
sombras
Al vórtice inigualable de otro paraíso,
Me entregaré de nuevo a él
Como la última manzana,
Como la última mujer que puebla sobre el
mundo.
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