XIV
“No soy el que han conocido en la
carne”
-Dijo Hun Hunahpú a los señores del
Xibalbá-.
Según ciertas conjeturas
Las cenizas son hijas de las sombras
Y el fuego hijo de la luz.
¿De qué elementos consta la carne
que ya no es carne?
¿De qué partículas el espíritu
que subsiste a las masas?
Otros mundos existentes después de
estos mundos
Se ciernen sobre los montes de Chiapas
Y la mujer que se vierte en los sueños
Como una estela de bosques,
De arboladuras y cánticos subterráneos
Reaparece tatuada en la memoria del
bosque.
Aquel que se suspendía ligero sobre las
aguas
-Brújula de prestidigitadores y agoreros,
De jaguares y Cocodrilos-
Es el pasajero del cosmos,
El hombre que irrumpió
En la oscuridad de la noche
Como un fragmento de las esferas
Como un soplo divino de las estatuas.
¿Qué es lo que conforma al viento
Y sin embargo lo hace invisible?
¿De qué partículas las llamas
que flamean en los salones?
Hun Hunahpú:
El punto donde convergen los otros
mundos
Miles de flechas blanquean su arco,
Cientos de espadas sujetan su carne.
¿De qué elementos, de qué partículas
de qué sustancias?
¿De qué llovizna se compone su lluvia,
de qué líquido su líquido,
de qué bálsamo su bálsamo?
El hombre no es más que lo que busca:
No hay un dios que lo haga más grande
Ni ningún pecado que logre afligirlo
Más allá de su propia aflicción.
¿De qué elementos consta la carne que
ya no es carne?
¿De qué mundos los otros mundos?
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